Situado en un edificio que formaba parte de la factoría Massó, antigua industria conservera. Los orígenes del museo se deben a la labor coleccionista de la familia Massó, que culmina con la apertura de un museo del mar, de carácter privado, en 1932. El museo se reinaugura en julio de 2002, presentando una colección de contenido etnográfico y antropológico, con el mar y sus actividades como tema de sus fondos: desde objetos procedentes de la fábrica de conservas hasta otros vinculados a oficios ancestrales como la carpintería de ribera, la salazón de pescado o las artes de pesca. También contiene una colección bibliográfica muy valiosa y de excepcional calidad, de la que destaca la sección de incunables. Completan la colección una pequeña serie de instrumentos náuticos, maquetas de embarcaciones históricas y tradicionales y un buen número de grabados de escenas marinas.